"Tengo un detector de gilipolleces me avisa cuando vienes a contarme idioteces"
Lehendakaris Muertos_Detector de Gilipolleces
Tanta polémica estos días con la visita del papa, así sin acento, y resulta que encuentro muchas coincidencias entre un coro religioso y una fiesta rave, aunque a primera vista se parezcan a un huevo y una castaña. Paseando por las calles de mi calurosa Córdoba, me encuentro con unos señores muy escándalosos, con una música imposible y molestando al personal con su oníricas canciones. No llevas porros, sino rosarios y las rastas los cambian por peinados al más puro estilo casco-serie de televisión, aunque sus canciones si consiguen darme un poquito de urticaria (o como se escriba).
"Alabaré, alabaré", ya no sé si estoy en una rave o en una misa, quizás sea la nueva canción del verano. Unos chicos escándalosos pretenden transmitirme su rollo vital a golpe de guitarrita, como un "Amo a Laura" en versión reality, aunque aquí no hay cámaras, sino todavía un estudiante de periodismo que se dedica a usar sus cánticos en una entrada para su blog.
Ellos vienen a dar.. su toque para que nosotros nos convirtamos. Aquí encuentro la mayor diferencia de los rave-rezo, esta nueva especie que ha invadido Madrid y media España, incluida la tranquila Córdoba para decirnos a los demás en qué debemos de creer. Vaya, que curioso, los verdaderos chicos de rave viven una experiencia casi religiosa, lo que pasa que entre tanta pastilla y ralla, pues no se acuerdan y no lo pueden contar al día siguiente. Pero los chicos del rezo si nos lo cuentan, aunque a los demás no nos importe demasiado.
En fin, es entonces cuando mi detector de gilipolleces, ultimamente tan en guardia, comienza a pitar. Pi, pi, pi!!!. ¡Los chicos del rave-rezo quieren llevarme a cantar!.Me acuerdo de ese capítulo de Los Simpsons donde los hijos de Flanders juegan en un videojuego a convertir no creyentes a su religión. ¿Y qué hago ahora?. Supongo que lo más sensato es seguirles un poco el rollo, como si estuviera en una fiesta rave para no desentonar como quien dice, aunque mi puto detector me la está jugando.
"Oiga, joven", me dice uno de los chicos coristas, guitarra en mano, "podría usted bajar o quitar su detector, es que me impide seguir cantando", me dice con cierto tono condescendiente, como quien sabe que hay otra vida después de esta, ya sabeis. Total, que por un momento me siento extraño y le digo, ¿por qué no te callas?. En ese momento se hizo un silencio sepulcral. Un milagro vaya. Tendré que empezar a creer...
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