En la anterior entrada hablaba de renovarse o morir. De la necesidad de hacer cambios para seguir caminando. Y pensándolo bien, me ha quedado algo muy similar a lo que prometía el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy durante su campaña. El foco mediático ha matado a fogonazos las promesas que nos hizo el máximo dirigente del PP para ganar las elecciones.
Porque por desgracia si de algo ha servido esto de la crisis ha sido para agarrarse a un clavo ardiendo. La necesidad, el paradójico miedo a cambiar los cimientos de un sistema que se tambalea por si mismo ha sido aprovechado magistralmente por el ahora si, presidente del Ejecutivo.
Sin embargo, la hasta ahora cabeza visible del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría explicaba las reformas que se habían visto obligados a hacer porque la situación, visitantes de la travesía, es complicada. La deuda es ahora dos puntos más de lo esperado, y ¿saben quien va a pagar los platos rotos? TATATAN... Vale, no tenia mucha intriga. Las clases medias con las subidas de impuestos y aquellos que pierden valor adquisitivo al verse congelado el salario mínimo profesional. Total que unos cuantos millones de votantes se unieron, algunos muy animados tras el desastre zapateril y otros arrastrados por ese clavo ardiendo del que hablaba, a la marea azul. Aquella que era liberal, que promulgaba por ayudar al empresario medio y bajar o mantener los impuestos para incentivar la economía.nos ha dado la primera en la frente.
Aquellos que se sumaran al cambio habrán dicho, ¿para qué?. El, a mi juicio y nótese la ironía de mis palabras, presidente fantasma (porque no aparece por ningún lado, aunque de vez en cuando se manifiesta en forma de susto para las clases medias) nos ha hecho sumarnos a un cambio para que todo permanezca igual. “Subir los impuestos provocan un estancamiento de la economía”, “La crisis no la soportarán las clases trabajadoras”. Gato por liebre le dieron a más de uno, que se llevaría las manos a la cabeza cuando han visto este despropósito. Como mago con chistera esperábamos muchos españoles las medidas para sacar al país de esta hecatombe económica (Gracias Piqueras) y nos hemos encontrado con que todo sigue igual.
España, dime qué hemos hecho contigo porque no te reconozco…¿o quizás si?
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