sábado, 14 de julio de 2012

¡Welcome Miss Merkel!


Corrían otros tiempos, dicen, cuando los españoles veían en los años 70 esas películas de pintorescos personajes, un poco paletos y falto de miras denominadas “españoladas”. Casi como un género propio, algunos entrañables actores como Alfredo Landa, Esteso o Paco Martínez Soría interpretaban a personajes un poco bobalicones que se dejaban sorprender por las costumbres extranjeras, las faldas cortas de las suecas y los Cadillac de lujo que paseaban por una España lúgubre, de rebajas y con una mentalidad algo cerradita.


Tradicionalmente denostadas, estas películas han servido para hacer una crítica a la sociedad española de la época y teniendo en cuenta la dictadura que aún se vivía, evidentemente había que sortear la censura para poder decir las cosas entre risas y chascarrillos, algo muy típico español.

La historia del cine a veces no es más que una réplica de la realidad. En esos ciclos de cine que ahora La 1 en un plan de austeridad demoledor para su audiencia, ha decidido volver a emitir, nos encontramos con situaciones similares a las que vivimos en la actualidad. Un buen ejemplo de ello es “Bienvenido Mr Marshall”, una película que recoge el entusiasmo de recibir a los americanos en un plan de “rescate” que sin eufemismos supuso la rehabilitación de parte de la economía española.



Desgraciadamente la historia se repite, aunque la gente por lo general no se muestra tan entusiasta en vitorear a los alemanes (que en este caso serían los nuevos estadounidenses). Ahora más que Cadillac portan Mercedes y un sinfín de condiciones para recuperar la estabilidad “ganada” entre ladrillos y castillos de arena.

Paradojicamente en esa época eran muchos los españoles que veían Europa como el progreso y el punto de mira para dar el salto e integrarnos con el resto. Ahora hoy muchos se cuestionan la cosa europea, mientras la tragedía griega, la prima de riesgo y los mercados hacen tambalear las ilusiones varias del llamado "proyecto común" para todos los europeos. 

Los nuevos emigrantes tampoco serán campesinos que deciden emigrar a otras tierras en la búsqueda de un futuro algo más digno, sino jóvenes sobradamente preparados que abandonan el barco porque hay demasiados piratas en el mar. Sin embargo, pese a todas las diferencias, la morralla política, la falta de perspectiva económica y los errores del pasado se vuelven a repetir. España, como cualquiera, tropieza dos veces en la misma piedra, o mejor dicho en el mismo iceberg –haciendo de nuevo un símil cinematográfico-

Hay que agradecer a La 1 la emisión de estas películas pues nos permiten revivir momentos pasados y hacer balance. Aunque los que están más agradecidos por el ciclo “cañí” que emite la pública es la competencia. Los datos del mes de junio dejan un balance desolados en la llamada “televisión de todos”. Menos del 10% de cuota de pantalla y por primera vez en años ha caido a la tercera posición. ¿Será que los españoles ya no son iguales que hace 40 años?