¿Qué estás dispuesto a hacer por obedecer?
“El juego de la muerte” (Francia, 2009) es uno de esos
documentales que tras su visionado te hacen reflexionar. Está basado en una nueva
versión del experimento de Milgran y que viene a decirnos que el ser humano se
suma a regañadientes a la obediencia si hay una autoridad que se lo
exija, aunque esto signifique despojarnos de nuestra propia ética.
La mecánica del polémico experimento es bien sencilla. Un
falso concurso televisivo llamado “La zone extreme” (La zona extrema) que representa la autoridad del siglo XXI donde
dos participantes se enfrentan a partes desiguales a un terrible reto. Si el concursante encerrado sin contacto
visual falla las preguntas que le realiza el otro concursante recibirá una descarga
eléctrica que su “compañero” de concurso deberá accionar a través de una
palanca.
Todo preparado, pues el falso concursante no recibió descarga alguna pero si puso en evidencia que sólo 9 de los 80 voluntarios fue incapaz de dejar el concurso pese a los gritos de dolor del concursante, ciñéndose al guión marcado por el espectáculo televisivo. El papel de la presentadora representa la autoridad y ante la duda por parar el banal sufrimiento ajeno, se dejaban guiar por las indicaciones del poder. “Este es el juego. No te dejes intimidar”, mientras le invitaba a proporcionarle una descarga de 80w.
Sin duda el morbo y las reacciones pasivas del público son el plato fuerte del
documental que nos lleva sin duda a acercanos a los más bajos instintos del ser
humano. El sufrimiento ajeno, la batalla con la autoridad, la mentira o la
negación de la realidad son algunos de los ingredientes de este intrigante
experimento. La mayoría desoía los gritos del concursante alzando la voz para alejarse de la realidad y otros aseguraban que el sentimiento de culpa no era tal porque el programa no iba a dejar que sucediese algo grave de verdad, La idea de sumisión se ve palpable durante la emisión del falso programa, al dejarse llevar por las desiciones de la autoridad sin plantearse en momento alguno su moralidad.
Sin embargo, los participantes no eran tiranos sin escrúpulos sino personas con una vida normal: Muchos presumían de una
familia, un trabajo y una posición comoda. Al igual que el público, que ajeno
al experimento, participa en el circo siguiendo los pasos del animador, que
agitaba el espectáculo televisivo en una gran farsa donde los principales
protagonistas desconocían su verdadero papel.
Experimentos televisivos reales
Aunque este experimento nunca fue televisado por la propia
naturaleza del mismo a diario las principales cadenas mundiales de televisión emiten
contenidos de dudosa moralidad. Un buen
ejemplo de ello sucedió en la cadena inglesa Channel 4 se emitió un programa
cuyo presentador se enfrentaba a un delirante
desafio: Jugar a la ruleta rusa televisado para todo el país. El resultado:
Record absoluto de audiencia.
¿Para cuándo el juego
de la muerte en directo? De ahí nos surge una ineludible cuestión. ¿Vale todo
por la audiencia? A primera vista, diríamos que no pero la realidad es que este
tipo de contenidos son los que más éxito y rentabilidad tienen. Sólo se me
ocurre pensar que el ser humano tiene un lado oscuro y actualmente la
televisión tiene el poder de unir a una sociedad que se muestra cada vez más al
lado de la individualidad, perdiendo su conciencia propia para adaptarse al
gusto de la autoridad.
No hay más tiempo para pensar…el show debe continuar.
Puedes ver el documental "El juego de la muerte" aquí.