jueves, 11 de julio de 2013

La sumisión televisada


¿Qué estás dispuesto a hacer por obedecer?

“El juego de la muerte” (Francia, 2009) es uno de esos documentales que tras su visionado te hacen reflexionar. Está basado en una nueva versión del experimento de Milgran y que viene a decirnos que el ser humano se suma a regañadientes a la obediencia si hay una autoridad que se lo exija, aunque esto signifique despojarnos de nuestra propia ética.

La mecánica del polémico experimento es bien sencilla. Un falso concurso televisivo llamado “La zone extreme” (La zona extrema)  que representa la autoridad del siglo XXI donde dos participantes se enfrentan a partes desiguales a un terrible reto.  Si el concursante encerrado sin contacto visual falla las preguntas que le realiza  el otro concursante recibirá una descarga eléctrica que su “compañero” de concurso deberá accionar a través de una palanca. 


Todo preparado, pues el falso concursante no recibió descarga alguna pero si puso en evidencia que sólo 9 de los 80 voluntarios fue incapaz de dejar el concurso pese a los gritos de dolor del concursante, ciñéndose al guión marcado por el espectáculo televisivo. El papel de la presentadora representa la autoridad y ante la duda por parar el banal sufrimiento ajeno, se dejaban guiar por las indicaciones del poder. “Este es el juego. No te dejes intimidar”, mientras le invitaba a proporcionarle una descarga de 80w.

Sin duda el morbo y las reacciones  pasivas del público son el plato fuerte del documental que nos lleva sin duda a acercanos a los más bajos instintos del ser humano. El sufrimiento ajeno, la batalla con la autoridad, la mentira o la negación de la realidad son algunos de los ingredientes de este intrigante experimento. La mayoría desoía los gritos del concursante alzando la voz para alejarse de la realidad y otros aseguraban que el sentimiento de culpa no era tal porque el programa no iba a dejar que sucediese algo grave de verdad, La idea de sumisión se ve palpable durante la emisión del falso programa, al dejarse llevar por las desiciones de la autoridad sin plantearse en momento alguno su moralidad.
Sin embargo, los participantes no eran tiranos sin escrúpulos  sino personas con una vida normal: Muchos presumían de una familia, un trabajo y una posición comoda. Al igual que el público, que ajeno al experimento, participa en el circo siguiendo los pasos del animador, que agitaba el espectáculo televisivo en una gran farsa donde los principales protagonistas desconocían su verdadero papel.

Experimentos televisivos reales
Aunque este experimento nunca fue televisado por la propia naturaleza del mismo a diario las principales cadenas mundiales de televisión emiten contenidos de dudosa moralidad.  Un buen ejemplo de ello sucedió en la cadena inglesa Channel 4 se emitió un programa cuyo presentador se enfrentaba a un  delirante desafio: Jugar a la ruleta rusa televisado para todo el país. El resultado: Record absoluto de audiencia.


 ¿Para cuándo el juego de la muerte en directo? De ahí nos surge una ineludible cuestión. ¿Vale todo por la audiencia? A primera vista, diríamos que no pero la realidad es que este tipo de contenidos son los que más éxito y rentabilidad tienen. Sólo se me ocurre pensar que el ser humano tiene un lado oscuro y actualmente la televisión tiene el poder de unir a una sociedad que se muestra cada vez más al lado de la individualidad, perdiendo su conciencia propia para adaptarse al gusto de la autoridad.

No hay más tiempo para pensar…el show debe continuar.

Puedes ver el documental "El juego de la muerte" aquí.



domingo, 2 de junio de 2013

¿Cuál es el objetivo de Ana Pastor?

Disertar sobre la objetividad en plena crisis de valores y hasta existencial de la vieja Europa podría parecer una utopía, una frivolidad o incluso aún algo peor, una moralina insoportable con cierto tufillo ideológico. La realidad es que desde este mismo domingo, Ana Pastor vuelve al primer plano de la información, con el “objetivo” de dar relevo al nada estático ni objetivo “Salvados”, del carismático Jordi Evole.

Se presenta con una fórmula nueva al menos eso asegura la flamante nueva cara de La Sexta, y ex del ente público, Ana Pastor. Nueva en cuanto al contenido, en la nota de prensa se asegura que aquí  no hay opinión ni voces que suben el tono por encima de la línea del respeto como sucede en otros espacios del panorama televisivo.


En este nuevo objetivo se pretende dar o quitar la razón a las voces de la esfera política tirando de hemeroteca y basandose en criterios objetivos. Aquí no caben los matices, la tertulia, el análisis ni el careo masivo al que nos tienen acostumbrados por cierto en programas de la misma cadena, sino el frio dato que según por quién sea leído, tendrá una valoración u otra. La realidad hoy en día es que la objetividad cuenta más de la persona que la cuente, aunque los medios vives como ese reconocimiento cada vez queda más lejos, por acercarse al juego de mezclar información mezclada con opinión, por moverse por intereses económicos y empresariales (véase la mediática entrevista a Aznar en los informativos del grupo Atresmedia) . 

El objetivo de Ana Pastor puede parecer presuntuoso aunque habrá que esperar a ver como se desarrollan los acontecimientos para ver si la incisiva periodista consigue su propósito. Aunque creo que a los programadores del canal el número y la objetividad que más van a valorar va a ser la de los frios números que la audiencia les reporte en su estreno. 


sábado, 12 de enero de 2013

Información de bajo coste



La compañía aérea de Ryanair, famosa por su política ajustada de precios, y por su polémico presidente Michael O´Leary,  fueron puestos anoche en tela de juicio en el reportaje “Ryanair, al límite”, emitido por el programa “Equipo de Investigación” en su nueva etapa en LaSexta tras su paso por Antena 3.

Aunque como dice el dicho “tanto monta, monta tanto” y es que muchos son los que denunciaron la falta de objetividad de este reportaje, teniendo en cuenta que la directora de informativos de Antena 3, Gloria Lomana, está casada con el presidente en España de Vueling, Josep Piqué. Muchos vieron en esta relación, las verdaderas intenciones de este reportaje. Es decir, una campaña de desprestigio en toda regla, con la intención de beneficiar a la competencia.

El reportaje incendió las redes sociales, pese a que éste trataba de denunciar precisamente la falta de combustible en los aviones y otras presuntas negligencias que la aerolínea comete a diario. Lo hizo porque el marcado carácter sensacionalista del reportaje rozó en algunas veces el género de la comedia. Denunciaron que O´Leary llevaba durante cuatro años la misma camisa y se sorprendieron porque estaba en la oficina trabajando. Una descripción del personaje algo bizarra, quedándose en lo anecdótico, que reflejó que muchas veces la información también puede ser de bajo coste

.

La tragicomedia, fue el  género que dominó la mayor parte del documental. Mientras se denunciaba la seguridad de la aerolínea y los incentivos ofrecidos a los comandantes por llevar menos combustible, con unos documentos supuestamente secretos que no se podían distinguir, se iban intercalando con momentos que a partes iguales rozaba lo simpático y otras veces lo bochornoso cuando  el programa de La Sexta recurre a YouTube para mostrar cómo se las ingenian los pasajeros de la aerolínea irlandesa para meter toda su ropa en una minúscula maleta o cómo pasar los estrictos controles de peso de las maletas, vistiéndose con más de 8 prendas, cómo si sus pasajeros, más que turistas fueran cebollas llenas de capa para ahorrarse unos eurillos.

El equipo de investigación, al igual que los sufridos pasajeros de la aerolínea también se apuntó a escatimar, aunque en su caso se desprendieron de las fuentes  y del trabajo periodístico.  El programa presentado por Gloria Serra, recurrió en numerosas veces a varios fragmentos del documental “La cara oculta del low cost”, de una cadena británica donde dos periodistas se infiltran como trabajadoras de Ryanair,  algo que también denota la poca elaboración y originalidad del programa de La Sexta, que ellos denominan, sin tenor a ser pretenciosos, investigación periodística.

Porque seamos sinceros, poner una música escalofriante y rótulos llamativos no es lo que se dice precisamente una investigación elaborada y contrastada. Tampoco lo es que entrevisten a un piloto español que está haciendo las pruebas en un simulador aéreo, y que pese a responder a todas las preguntas, una voz en off nos aseguré que se están haciendo las preguntas incómodas.

En definitiva, que lo que pudiera haber sido un reportaje documentado y veraz, se convirtió en un batiburrillo de frases controvertidas, falta de fuentes, poco rigor y originalidad cero, Anoche nadie descubrió nada nuevo sobre la agresiva política de la aerolínea, aunque pensándolo bien, tampoco descubrimos que la información para muchos es de bajo coste.  Nada nuevo bajo el sol.