miércoles, 14 de diciembre de 2011

La diferencia entre el vino y la cerveza

"Fijate un objetivo distinto que soy como un vino tinto, si me tomas en frio engaño y con los años me hago malito"
Estopa_Vino tinto

El vino tiene sabor, carácter e imprime un halo de prestigio a quien la toma. Tiene fuerza, te hace reír y en general te suele hacer pasar buenos momentos si sabes tomarlo con moderación.

Para algunos la cerveza está más que denostada. Es mundana, produce pesadez y a veces pone triste. Dicen que es el consuelo de los pobres, aunque también tiene su encanto. Sin darse cuenta se hace dueña del cotarro, hace hablar a quienes no se hablan y hace hablar de más si te pasas con ella.

A veces el "caldo" se torna rudo. Aunque estés cerca suyo para olerlo siempre te impone cierto respeto. También genera sorpresa, alguna vez que otra pruebas un vino pensando que es de calidad y te encuentras con que es “el de la casa”, una forma de decir que quieres probar un vino “baratito” sin despertar sospechas sobre el evidente agujero de la cartera.

La cerveza, pese a que como he dicho es mundana, inspira pensamientos y hace florecer cosas que hasta hacía poco no sentías. Supongo que será los efectos del alcohol. El vino te hace parecer serio, pero sólo lo parece, porque en realidad te pone las chapetas coloras y te puede volver divertido.

Cuando mezclas las dos cosas normalmente no suele dar resultado. Puede ser una guarrada o es que simplemente nadie sabe apreciar el gusto entre lo amargo y lo dulce. El vino es más selecto y exclusivo, aunque no siempre es asi. Otras veces, si bien es cierto, no aporta nada a quien lo toma. Se trabaja con esmero, con cuidado y se dice que el paso del tiempo le hace mejorar

La “rubia” quiere que la tomes pronto sino tienes más riesgos de ponerse mala. Se sirve fría y en un barril nada especial. El vino requiere de su ritual, se busca el momento especial para tomarlo, aunque a veces no encuentres uno para poder catarlo. El descorche suele ser especial, requiere la atención del resto y hace explotar las ilusiones de los demás. Un caldo no se bebe a grandes tragos, mientras que la cerveza requiere de mayores sorbos.

Aunque no sean complementarios, saben que entre ellos no se pueden dejar de lado. La cerveza puede ser mundana pero de vez en cuando no está mal y el vino se bebe de vez en cuando, pero cuando se prueba no se olvida nunca su sabor.

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